Es de suponer que desde Hammurabi en 1788 antes de nuestra era las normas legales tienen un mismo basamento jurídico, legal y filosófico. Las sentencias deben cumplirse con ciertos requisitos de forma y fondo para todos los ciudadanos sin distingo de clase social o cargo. En Francia, recientemente como en Argentina, se han presentado casos con cierta similitud relacionados con dinero mal habido o tramitado ilegalmente en función de intereses personales. En ambos casos la vía es la prisión por un período harto similar, empero, los lugares son completamente disímiles. El abogado y ex presidente de la Quinta República de Francia, Nicolás Sarkozy de Nagy Bocsa, de 70 años (28 de enero de 1955) quien además ostenta los cargos de copríncipe de Andorra y gran Maestre de la Legión de Honor, el pasado martes 21 de octubre ingresó a la cárcel de La Santé, un edificio del siglo XIX. Fue acompañado por su esposa hasta la puerta principal, llevando consigo ropa de invierno, una biografía de Jesús y la novela “El conde de Montecristo”. Su celda, de nueve metros cuadrados, está alejada de otros encierros. Podrá recibir tres visitas semanales de familiares. Su prisión dispone de lo elemental, aunque la heladera corre por cuenta de su peculio. Podrá salir una hora diaria al patio durante los cinco años de su condena. El ex mandatario es acusado del financiamiento ilegal de la campaña electoral de 2007 que lo llevó a la presidencia. Recibió 50 millones de euros del entonces dictador de Libia, el coronel Muammar Khadafy, a cambio de favores diplomáticos como el de recuperación del status internacional decaído por sus actividades bélicas a favor del IRA (Ejército republicano irlandés) y la OLP (organización por la liberación de Palestina) y estar acusado de derribar un avión inglés con 270 personas a bordo, por lo que el presidente Ronald Reagan lo llamó “perro rabioso” ; que generó la intervención de la OTAN por orden de la ONU y el derrocamiento y muerte en 2011. En Argentina se cumple también la sentencia dictada en contra de Cristina Fernández, viuda de Kirchner, en relación con dinero, pero las condiciones son completamente distintas; no sólo tiene visitas indiscriminadas sino que genera convocaciones con interrupción de tránsito y el movimiento policial de resguardo. Hay versiones que indican que el juicio a Sarkozy se inició con la demanda de Saif al-Islam Khadafi, hijo del asesinado dictador, por recuperar el dinero personal prestado a Sarkozy, y, además, vengar el crimen de su padre, aparte de la destrucción de Libia.
Fernando Sotomayor
J. B. Alberdi 139 - S. M. de Tucumán